Además de ser un sabroso y exquisito manjar las fresas tienen también muchas cualidades en aplicación tópica, es decir sobre la piel. Vamos a ver cómo podemos podéis beneficiaros de sus propiedades antioxidantes con esta sencilla mascarilla facial que podéis preparar en un momento. Hoy en día podemos encontrar fresas en cualquier temporada del año y para hacer una mascarilla sólo necesitaremos unos pocos gramos. Desde luego que esta mascarilla antiarrugas será más económica que la mayoría de cremas antiarrugas que hay en el mercado.
Las fresas contienen un alto porcentaje de vitamina C, polifenoles y otros poderosos antioxidantes que ayudan a contrarrestar el envejecimiento celular. Además su consuma hace aumentar el HDL, el llamado colesterol bueno que tiene un gran papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares. También ayuda a regular la tensión arterial. Pero además de todas estas ventajas para la salud las fresas contienen enzimas que actúan promoviendo la renovación celular.
Ingredientes:
- Unas pocas fresas (si son de cultivo ecológico mucho mejor)
- Una cucharada de miel
Limpiaremos bien las fresas bajo el chorro de agua del grifo. No nos interesa ponernos en la cara nada más que las fresas. Quitaremos los pedúnculos y restos de cáliz, o sea lo verde, y las aplastaremos con un tenedor o las trituraremos con un picador eléctrico o la batidora. Añadiremos la cucharada de miel y mezclaremos bien para que se disuelva. Aplicaremos esta mascarilla sobre la cara recién lavada y dejaremos actuar durante unos veinte minutos más o menos. Después retiraremos la mascarilla con agua tibia y aplicaremos nuestra crema facial habitual.
Vía:
casa.atuttonet.it