Con estas sencillas macetas podrás decorar cualquier pared de forma sencilla y elegante. Su realización es muy fácil y no te llevará mucho tiempo. Podrás además crear la forma que tu prefieras para tus pequeñas macetas de pared. Las ventajas de trabajar con arcilla polimérica son muchas y la más importante es que no necesitas un horno especial para su curado. Con tu horno corriente de la cocina tienes suficiente.
Podrás usarlas para plantar pequeñas suculentas si no quieres dedicar mucho tiempo a su mantenimiento o simplemente usarlas a modo de jarrones para colocar esos pequeños ramilletes de flores silvestres que recoges en tus paseos por el campo.
Materiales:
- Arcilla polimérica en el color que quieras
- Tiras adhesivas para colgar
- Horno
Necesitarás unos 60 gramos aproximadamente de arcilla polimérica para cada maceta. Trabájala bien durante un rato con las manos hasta que se ablande y forma una bola con ella.
A continuación aplastas sobre la base para aplanarla y con algún útil o con los dedos practica un orificio en el centro. Luego ve agrandando poco a poco el orificio hasta conseguir la forma deseada.
Si usas arcilla con un acabado especial como ésta de arriba que simula el granito obtendrás una preciosa maceta que más que arcilla parecerá de piedra. Procura dejar los bordes lo suficientemente gruesos para que no se te rompa la maceta con el uso. Una vez tengas la forma deseada introduce la maceta o macetas en el horno y sigue las instrucciones de horneado del fabricante. El tiempo de cocción depende del peso de la arcilla y del número de piezas pero los fabricantes suelen especificar correctamente esta relación.
Una vez horneada y enfriada cada pieza sólo tienes que pegar una tira adhesiva en la parte trasera de la maceta y adherirla a la pared.