Haz de simples floreros unos bonitos de diseño con efecto ombré o degradado que podrán ser un precioso objeto decorativo para tu hogar, o bien pueden se el accesorio perfecto para armar centros de mesa para fiestas.
Materiales necesarios:
- Tinte o colorante en dos colores, en este caso púrpura y vino.
- Recipientes o floreros.
- Agua.
- 5 cuencos hondos para realizar las mezclas.
- Pinzas de la ropa y cuerdas para tender.
- Volantes o puntilla de tela (de algodón o tela sintética).
- Pistola de pegamento caliente.
Primero hay que cortar los volantes o puntilla de tela según el diámetro de los recipientes de cristal, determinando el número de piezas de tela que usaremos en cada uno (dependiendo de la longitud de estos recipientes, usaremos más o menos volantes). Podemos emplear unos seis volantes por tarro de cristal, pero esto ya depende de cada proyecto que vayáis a realizar.
Prepararemos cada mezcla en un bol aparte. Seguid atentamente las instrucciones al dorso de la caja del tinte para determinar la cantidad de colorante que emplearéis, según se busque un tono más fuerte o más claro. También se puede usar un temporizador para calcular el tiempo que permanece la mezcla en reposo, o poner el cronómetro de un reloj de muñeca o del smartphone a funcionar.
Vamos dejando “a remojo” en el bol cada una de las telas hasta que absorba la mezcla creada. Estas mezclas irán desde un color vino oscuro o berenjena hasta uno más rosado ( para este caso, pero podéis hacerlos de los colores deseados). Colgamos los volantes en cuerdas de tender y esperamos a que se sequen bien.
Este debe ser el resultado de los tintes. Como veis, una escala de graduación del blanco (que no teñiremos) al púrpura más oscuro.
Una vez se hayan secado, uniremos los extremos de cada volante añadiendo un poco de pegamento con la pistola.
Ya sólo nos queda ordenarlos por colores para cada recipiente, y añadir unas bonitas flores al conjunto para tener estos preciosos floreros DIY. ¡Maravillosos!
Vía: projectwedding.com