Diversión y ciencia es una estupenda combinación para interesar a los niños. Con estas peonzas elaboradas con materiales de fácil adquisición lograremos que los pequeños se diviertan y al mismo tiempo aprendan algo de ciencia. Los efectos ópticos nos enseñan mucho sobre nuestros sentidos, sobre cómo funcionan y cómo perciben el mundo que nos rodea. Les enseñará a los pequeños que todo lo que vemos con nuestros ojos es real, que nuestro cerebro tiene limitaciones pero es bueno aprender cuáles son y cómo suplirlas.
Con estas peonzas los pequeños se divertirán mientras las hacen y también después haciéndolas girar una y otra vez. Los efectos ópticos que produce el movimiento les producirá un gran interés y según la edad de cada cual podremos explicarles cómo se produce dicho efecto. Para los más peques será simplemente un divertimento de color, algo curioso y divertido. Para los más mayorcitos puede ser un interesante modo de adentrarse en el mundo de la física, la óptica y la fisiología del cerebro humano.
Materiales:
- Discos CD que no usemos.
- Pelotas de ping pong.
- Tapones de plástico.
- Imprimación.
- Pinturas acrílicas.
- Pinceles.
- Pegamento.
La elaboración es muy sencilla, en la cara impresa del CD aplicaremos una capa de imprimación, tras su secado procederemos a la decoración con las pinturas acrílicas. Podemos realizar diversos diseños en cada disco para que cada uno nos ofrezca un efecto diferente al girar. Pegaremos en la parte central de la cara no pintada las pelotas de ping pong y en la parte superior, en la que hemos pintado, los tapones. Éstos nos servirán de mango para hacer girar el disco sobre la pelota de ping pong.
Sólo quedará girar y girar y pasar un buen rato con los pequeños viendo los diversos efectos que produce el movimiento circular. Una forma divertida de aprender.