El repertorio de posibilidades que ofrecen los crayones es casi infinito. Se pueden hacer muchas cosas con ellos pero la combinación que mejor funciona es la de los crayones con el calor, este calor puede aplicarse de múltiples maneras y obtendremos diferentes resultados.
Aunque esta actividad es tremendamente sencilla hemos de realizarla con todas las precauciones posibles. El calor en esta técnica es el que retienen las piedras al ser calentadas en el horno.
Materiales:
- Piedras, cantos rodados o similar.
- Crayones.
- Paños viejos, papel de aluminio o cualquier sistema de protección para la mesa.
Calentar las piedras que tengamos en el horno a una temperatura de unos 140º C durante unos diez o quince minutos. No hemos de calentar en exceso las piedras pues dependiendo del material de que estén compuestas podrían estallar. Y tampoco se precisa mucho tiempo como hemos dicho. Después manejar las piedras con cuidado pues estarán calentitas.
Hacemos una colecta de crayones entre las cosas de nuestros hijos y así además de hacer limpieza aprovecharemos esos trozos y puntas que ya no usan y siempre acaban perdidos en algún estuche al fondo de un cajón. Podemos repartirlos en varios botes, ya sea por colores o por cada ayudante que vayamos a emplear en esta actividad. Pueden participar los niños con una cierta edad, que ya entiendan que están trabajando con un material que puede quemar, las piedras calientes.
A ellos y a nosotros mismos nos va a sorprender cómo se derriten los crayones en cuanto los pasas por encima de las piedras calientes. Es algo casi mágico ver cómo se van derritiendo y el color se apodera de las piedras.
En muy poco tiempo tendrán los chicos decoradas un buen montón de piedras. Para los días de lluvia, para los fríos fines de semana de invierno, ésta puede ser una estupenda y calentita actividad.
Vía: fakinit.typepad.com
1 comentario
Me pareció una excelente idea!!!! graciassssssss