Este es un centro de mesa un poco rústico pero no por eso deja de verse espectacular y muy natural ya que es realizado con materiales presentes en su mayoría en la naturaleza. Es para darle a tu mesa otro estilo decorativo y lo bueno de él es que puedes volver a utilizarlo tantas veces como lo desees. Puedes usarlo tanto en el interior como el exterior. Y si deseas personalizarlo con algún otro elemento adicional, puedes hacerlo.
Los materiales para esta idea son:
- Tallo/rama.
- Serrucho.
- Pintura.
- Pincel.
- Piñas o piñuelas.
- Lentes de seguridad.
- Base de metal.
- Velas.
- Lija.
- Ramitas.
- Brocas de pala de 1″ y 1.5″.
- Plato.
Para comenzar con este trabajo, debes buscar un tallo/rama no muy grueso y lo divides en tres partes. Todas deben tener medidas diferentes para luego ordenarlas de la más grande a la más chica.
Luego, debes alisar los extremos de los tallos/ramas lo más que puedas para lograr un trabajo final limpio y con buenas terminaciones.
Ubicas el centro de una de las caras del tallo o rama y comienza a perforar con la broca de pala de 1″ y luego continua con la de 1.5″ hasta lograr un orificio en el que encaje perfectamente la vela.
Repites este paso con los dos tallos/ramas restantes. Es importante que la vela sobresalga un poco para evitar que queme la madera.
Sobre un plato mezclamos varios colores (verde, marrón, azul). Luego, realizamos varias pinceladas sobre el tallo de manera desordenada hasta lograr ese aspecto enmohecido que generalmente presentan. También podemos usar para lograr este efecto una esponja.
Disponemos sobre la base de metal los tres tallos y al pie de éstos agregamos unas piñas o piñuelas y por último algunas ramitas (las usadas aquí son de pino).
Ahora ya podemos encender las velas (pueden ser con aroma) y disfrutar de este bello centro de mesa.
Vía: prettyhandygir