Espero que tengáis ganas de hacer cosas nuevas, hoy os traigo una actividad manual muy sencilla pero muy resultona. Con ella, si tenéis paciencia, podréis llenar una pared, una repisa o una estantería de esas modernas que tanto se llevan ahora para sujetar los cuadros. Si sentís la necesidad de añadir algo de color a una estancia y no os decidís por nada en concreto a ver si con esta propuesta podéis llenar ese vacío, creo que sí. El colorido está garantizado y cada cual puede escoger los colores que considere más adecuados.
¿Qué os parece esta pequeña muestra? Bonita, verdad, pues la técnica no puede ser más simple y el impacto está garantizado. Vamos a ver como han llegado estas escamas de colores hasta aquí. Para hacer este proyecto necesitaremos los siguientes materiales:
- Un cuadrado o rectángulo de contrachapado o MDF de poco espesor.
- Cartulinas de colores (a elegir).
- Una perforadora de papel.
- Cola.
- Un pincel.
El primer paso será perforar varias cartulinas de colores diversos, así conseguiremos unos bonitos montones de círculos de cartulina de los variados colores que hayamos elegido.
A continuación, trazamos unas líneas horizontales en el soporte de madera con una separación igual a la mitad del diámetro de los círculos de cartulina.
Y nos ponemos a pegar, con un pincel vamos esparciendo la cola y colocando los círculos en la posición que podemos observar en la fotografía de arriba. Como si estuviéramos construyendo un techo de tejas o recubriendo la piel de un pez con las escamas.
Este es el resultado que obtendréis, ¿guapo, eh?, para poner un toque de color en algún rincón que os resulte demasiado soso y aburrido es un trabajo ideal. Fácil, rápido y de poco coste.
Vía: youaremyfave
2 comentarios
Me parece una manualidad muy vistosa, y sencilla que podemos hacer con los niños, muchas gracias por enseñarnos tantas cosas.
Gracias Begoalba por tu mensaje! Qué bueno es saber que les gustan!