Cómo transferir fotografías a lienzo

En este artículo vamos a aprender a transferir fotografías o cualquier imagen impresa a lienzo. Esta misma técnica se puede usar para transferir imágenes a otros soportes, tela, madera…

Todos hemos visto fotografías sobre lienzo pero no pensaba yo que se pudiera hacer en casa y de una forma tan sencilla. Esos lienzos, con ese aspecto antiguo quedan fenomenales como toque vintage en cualquier ambiente, podemos hacerlos con fotos propias o con imágenes que encontremos en la red. El único requisito es que la imagen esté impresa sobre papel normal con una impresora láser.

Los materiales que necesitamos son:

• Un lienzo sobre su marco.
• Gel acrílico medium.
• Pincel.
• Copia láser de la imagen escogida.
• Spray con agua.

Fotografía nº 2: Cubrimos toda la superficie del lienzo con el gel acrílico, hemos de crear una capa gruesa que cubra todo el lienzo. El gel acrílico medium es un producto que se usa para añadir a la pintura y darle ciertos efectos de textura, espesor, acabado a ésta. Lo podemos conseguir por tanto en cualquier tienda de pinturas o manualidades.

Fotografía nº 3: Ponemos la impresión sobre el lienzo, con la imagen sobre la capa de gel, y la dejamos secar varias horas o toda la noche incluso.

Fotografía nº 4: Una vez esté seca la imagen, con el spray pulverizamos agua sobre el papel que se ha adherido al lienzo, humedecemos bien.

Fotografía nº 5: A continuación con los dedos vamos frotando el papel humedecido y éste se irá deshaciendo en pequeñas partículas. Seguimos hasta llegar a la imagen impresa ya en el lienzo, éste es el punto crítico del trabajo. Hay que continuar quitando el papel con sumo cuidado de no dañar la impresión láser que ya apreciaremos en su totalidad.

Fotografía nº 6: En cuanto retiremos todas las partículas de papel hemos de aplicar otra capa de gel acrílico para proteger la imagen transferida.

El resultado final es muy auténtico, con esas imperfecciones parece una vieja foto rescatada del baúl de los recuerdos de nuestros abuelos. O que hayamos revuelto todo un mercadillo de antigüedades para encontrar…¡nuestra propia cara!, en una fotografía sobre tela del siglo XIX.

Vía: abeautifulmess