Ya sea que haga mucho calor o mucho frío y los niños tengan que quedarse en casa, no tardarán en aburrirse. Entonces, es un buen momento para inventar juguetes que podemos fabricar con ellos y que convertirán cualquier tarde en una fiesta de diversión. Y si además los hacemos reciclando…. ¡mejor que mejor! La idea que les propongo esta vez es muy fácil y ayuda a reutilizar materiales que de otra forma tiraríamos a la basura, como una caja de zapatos o las pajitas de colores que compramos para el último cumpleaños de nuestro hijo. Con ellas podemos hacer juntos este laberinto que nos servirá para jugar un clásico de nuestra infancia: las canicas (ojo, sólo si el peque es mayor y no tiene riesgo de llevárselas a la boca). ¿Empezamos? ¡Ver las caras de sorpresa de los peques será la mejor recompensa!
Necesitamos:
- Tapa de cartón de una caja de zapatos.
- Papeles de diseños divertidos.
- Pegamento en barra.
- Silicona líquida o pegamento universal.
- Sorbetes de colores.
- Tijeras.
- Regla.
- Lápiz.
- Cúter (opcional).
- Base para corte (opcional).
- Troqueladora de formas (opcional).
Es entretenido, facilísimo de hacer y ayuda a reciclar materiales. ¿Se les ocurre una idea mejor para jugar con los niños en una tarde de lluvia?
Primero preparamos la tapa: la base del laberinto para canicas puede ser una tapa de una caja de cartón, por ejemplo, de zapatos. Lo importante es que tenga el tamaño ideal para el laberinto que queremos hacer. Y lo que primero haremos con ella es forrar su interior, tanto el fondo como los lados, con unos bonitos papeles. Midan la tapa y corten con tijeras o con el cúter sobre la base de corte.
Para pegar los papeles a la tapa, es bueno usar pegamento en barra. Es rápida, fácil y limpio.
¡Vamos a formar el laberinto! Ahora comienza la parte más divertida de esta manualidad. Prepararemos el laberinto con los sorbetes de colores. Si quieren pueden preparar un diagrama en papel de lo que quieren hacer antes de comenzar. Sino sólo es cuestión de cortar los sorbetes y comenzar a crear el laberinto. Dejen previsto en el diseño lugares donde colocarán puntos o zonas para que los peques pasen durante el recorrido. Una vez que estamos seguros del diseño sólo tenemos que pegar cada pieza de sorbete en su lugar. Pueden utilizar silicona líquida o pegamento universal.
Una opción para dar al laberinto más emoción es marcar en algunos puntos de recorrido zonas que darán una puntuación especial cuando las canicas pasen por ellas. Para hacerlo podemos añadir formas como estrellas, esferas, corazones, etc. Pueden aprovechar esas troqueladoras de papel pequeñas que tengan en casa, o bien, pintarlas en un cartón fino y recortarlas con tijeras.
Para que puedan hacerse una idea, aquí pueden ver cómo he marcado con pequeñas estrellas el inicio y final del laberinto junto a esas zonas especiales de las que les hablaba antes. Ah, y también he añadido una nota musical para señalar el lugar por el que no deben pasar si no quieren tener que volver a empezar…¡desde el punto de partida!
¡A divertirse! Y no olviden que pueden encontrar esta idea en la nueva edición de la tan querida Revista Crecer Feliz. ¡No se la pueden perder!
2 comentarios
me encanto mucho la manualidad
¡Muchas gracias! ¡Un beso grande!