A cualquiera nos puede ocurrir, cambias un mueble de sitio o arrastras cualquier objeto y enseguida tienes un horrendo arañazo en tu estupendo suelo de madera. Bien, un poco de calma, no se ha perdido todo. Sigue nuestras instrucciones y podrás reparar fácilmente el desperfecto.
En primer lugar evaluaremos los daños acercándonos para ver bien el arañazo. Un arañazo leve, que es de lo que vamos a tratar, precisa un abordaje diferente a los daños más profundos. Veamos primero los materiales que necesitaremos para reparar el desaguisado.
Materiales:
- Lana de acero
- Papel de lija
- Bayeta de microfibra
- Disolvente para pintura o acetona
- Masilla para madera del mismo color que el suelo
- Espátula de plástico
- Barniz de poliuretano
- Rodillo de lana o pincel
Frotamos la zona dañada con un trozo de lana de acero. Con suavidad, no es cuestión de exagerar apretando excesivamente.
Ahora pasaremos lija muy fina para acabar de retirar el barniz e igualar la superficie de la madera. Una vez más haremos esta operación también con suavidad.
Humedecemos la bayeta con un poco de disolvente y lo pasamos por la zona que estamos tratando para retirar el polvo generado por las operaciones anteriores.
Con la superficie bien seca y libre de polvo aplicaremos la masilla. Nos decantaremos por una masilla de buena calidad y en el color más aproximado al de la madera de nuestro suelo. Usaremos una espátula de plástico para no dañar la madera en la operación.
Dejaremos secar bien la masilla hasta que endurezca por completo. A continuación lijaremos suavemente con un papel de lija extrafino para quitar el posible exceso de masilla.
Remataremos la restauración aplicando una capa de barniz de poliuretano o similar para igualar el acabado que tenía el suelo de madera. Cuando seque tendremos reparado el arañazo.
Vía: dummies.com