Cómo hacer el efecto ombré en las telas

El efecto ombré o degradado se puede trasladar al teñido de las telas de forma fácil y sencilla. Aunque requiere de una serie de pasos a seguir y normas que deben cumplirse rigurosamente ya que trabajamos con productos químicos que pueden producirnos lesiones serias en la piel y los ojos si no los usamos como corresponde.

Pero vale la pena y toda la vida se han teñido telas en casa sin ningún problema pero hemos de ser sensatos y actuar con sentido común. El resultado que obtendremos es muy interesante y nos ayudará en gran manera a crear la decoración personalizada de nuestro hogar.

Materiales:

• 1/4 de taza de detergente
• 1/3 de taza de carbonato de sodio o natrón
• dos recipientes de plástico grandes, de unos 20 litros
• 1 cucharada urea en polvo
• 1-2 cucharadas de colorante reactivo para telas

En uno de los recipientes plásticos ponemos unos diez litros de agua caliente y vertemos el natrón o carbonato sódico. Previamente habremos lavado la prenda que vamos a teñir con detergente.

Dejaremos la tela a teñir unos treinta minutos en el agua caliente con carbonato sódico.

En un recipiente disolvemos la urea en polvo con una taza de agua caliente, añadimos el colorante en polvo y removemos bien.

En el otro recipiente plástico vertemos unos diez litros de agua caliente y añadimos una buena cantidad de sal.

Añadimos 1/3 de la mezcla de colorante y prepararemos así el tono más claro para el efecto ombré.

Limpiamos la parte superior del recipiente, por el interior para evitar efectos indeseados al teñir la tela.

Preparamos un soporte para sujetar la tela. Una madera con dos pinzas será suficiente.

Introducimos la parte inferior de la tela en el baño de color. Unos diez minutos o hasta que tome un tono que nos parezca bien.

Sacamos y escurrimos bien. Usaremos siempre guantes para no mancharnos y evitar problemas con la piel.

Dejamos la tela durante unos momentos en un lugar limpio.

Añadimos en el baño de tinte 1/3 más de colorante para crear un tono más intenso.

Sumergimos la tela de nuevo en este baño de tono más intenso pero sin llegar al nivel del tono anterior. Dejaremos unos centímetros de márgen.

Iremos repitiendo los pasos anteriores para crear el efecto degradado que buscamos.

Enjuaguaremos finalmente la tela hasta que el agua salga limpia y trasparente.

Escurriremos bien la tela para extraer toda el agua que podamos.

Finalmente habrá que lavar la tela con agua caliente y detergente profesional. Si por cualquier motivo no pudiéramos lavar la tela de inmediato la guardaremos bien plegada y recubierta con un plástico para que no se produzcan manchas extrañas.