Si os encantan los objetos vintage o rústicos y queréis tener un espejo de este estilo presidiendo la pared del salón o de un dormitorio, ¡atención a este proyecto! Consiste en decorar el marco del espejo con cuerda, con un resultado increíble, como se puede ver en la primera imagen. El único consejo que os vamos a dar es que os arméis de paciencia y empecéis probando con un espejo pequeño, ya que este proyecto DIY lleva un poco de trabajo, ¡pero el resultado merece mucho la pena!
Materiales necesarios:
- Un espejo de pared.
- Rollo de cuerda de cáñamo pulido (uno o dos, según el tamaño del espejo, y de un grosor medio).
- Pistola de silicón caliente o pegamento de silicona.
- Tijeras.
Comenzamos añadiendo una buena capa de pegamento sobre el marco del espejo. Inmediatamente, antes de que comience a secarse, rodeamos el marco con la cuerda, con mucho cuidado, siguiendo el contorno del marco. Por eso es aconsejable empezar por un espejo más pequeño, para ir cogiendo práctica y poder continuar más adelante con proyectos de mayor envergadura.
Rodeamos el espejo con la cuerda tantas veces sea necesario, hasta cubrir por completo el marco.
Añadimos pegamento a medida que veamos que lo necesitamos, con cuidado para que no se formen grumos. Si el espejo que hemos elegido es grande, vamos a necesitar la ayuda de otra persona para completar este proyecto.
El resultado es este precioso espejo vintage, una auténtica maravilla decorativa que podemos usar para múltiples estancias, desde el salón o el dormitorio, hasta el pasillo, el cuarto de baño o el hall de nuestra casa. Queda genial en este rincón, sobre un mueble de estilo clásico y con una decoración floral que completa este bonito conjunto: