Seguro que habréis visto estas elegantes macetas en alguna que otra revista de decoración, macetas hechas con viejos libros abiertos que muestran pequeñas plantas surgiendo de su interior. Es una idea que podéis llevar a cabo vosotros mismos siguiendo estos sencillos pasos que os describimos a continuación. En principio puede parecer un tanto difícil pero no os asustéis es mucho más fácil de lo que parece a primera vista y más duradero si sigues nuestros consejos.
Resultan muy decorativas tanto para interior, sobre todo, como para exterior. La única precaución que hay que tener si las colocas en la terraza o el jardín es que no se mojen con la lluvia. Será su mayor enemigo, pero con un poco de precaución y procurando que no se mojen al regar las plantas os pueden durar mucho tiempo.
Materiales:
- Libros viejos.
- Cola blanca.
- Cúter.
- Regla.
- Grava fina.
- Sustrato para plantas.
- Papel vegetal, plástico o un recipiente plano.
- Plantas suculentas.
El primer trabajo será pegar las hojas del libro, todas en una parte incluida la tapa trasera. Dejaremos sólo la tapa frontal y alguna hoja del principio del libro.
Una vez seca la cola pasaremos a cortar el hueco. Usaremos una plantilla, papel o cartón, para marcar el hueco que queremos hacer y con ayuda del cúter y la regla iremos cortando hojas hasta tener el hueco que precisamos bien delimitado.
Conseguido esto recubriremos el hueco con papel vegetal, plástico o colocaremos el recipiente que tengamos, la idea es aislar las hojas del libro del contacto con el sustrato donde vamos a plantar. Si el hueco nos lo permite pondremos una capa de grava fina y encima el sustrato. Aunque las suculentas no necesitan mucha agua y tampoco les sienta bien que sus raíces estén mucho tiempo en contacto con el agua, eso lo evitaremos con la capa drenante de grava. Plantamos nuestras suculentas, que habremos elegido cuidadosamente para que no tengan mucho crecimiento vegetal ya que la base será escasa, y regamos con cuidado.
Si hemos puesto papel o plástico recortaremos el sobrante, la capa aislante no debe verse en ningún momento o el efecto estético quedará maltrecho. Usaremos un poco de musgo para disimular la parte visible que no podamos recortar. Pegamos las hojas de la parte frontal del libro sólo por el borde para que tenga el efecto de un libro naturalmente abierto. El riego será siempre con mucho cuidado para no dañar el papel, podemos usar una botella con spray para pulverizar las plantas de vez en cuando.
Vía: apartmenttherapy