Todo no van a ser complicados proyectos, en esta ocasión me apetecía mostraros un sencillo trabajo. Hay que iniciarse con estos proyectos fáciles en el mundo de las manualidades pues nos dan grandes satisfacciones y nos empujan a atrevernos con otros más complejos. También es una buena estrategia para implicar a los pequeños en este mundillo, seguro que si las propuestas son sencillas ellos se sentirán importantes y orgullosos de ver que pueden llevarlas a cabo.
Además no podemos menospreciar la belleza de lo simple, las cosas sencillas son en ocasiones las más bellas. Y sin dejar de lado el provecho que podemos sacar de todos esos envases que llegan a nuestro hogar con los productos que compramos. Es una magnífica forma de darles utilidad una vez consumido el producto que contenían. Y para rematar la jugada nos ahorramos un dinero en comprar elementos de almacenaje. O sea que todo son ventajas.
Materiales:
- Pintura dimensional.
- Frascos o tarros de cristal.
- Alcohol.
- Paño que no suelte fibras.
En primer lugar tendremos que preparar los frascos de conservas, mermeladas, encurtidos, lo que sea con tal que el envase sea de cristal. Los lavaremos con agua caliente o en el lavaplatos. Cuando estén bien secos podemos pasarles un paño que no suelte pelusillas humedecido con alcohol para quitar cualquier resto de grasa que pudiera quedar. Una vez bien limpios y secos pasaremos al proceso de decoración, podemos seguir un patrón de puntos como el que os proponemos o cualquier otro que se os ocurra. La pintura dimensional se aplica directamente del envase, no tenéis ni que ensuciar pinceles. Dejad secar siguiendo las instrucciones del fabricante de la pintura y luego podréis utilizar los botes para guardar esas pequeñas cosas que nunca sabes donde poner.