Una forma geométrica básica, como este triángulo, puede ser un bonito colgante si lo realizamos con un material adecuado. En estos tiempos hay gustos para todo, gente con gustas más recargados y gente que ama lo sencillo, los trazos lineales y claros. Este colgante es ideal para estas últimas personas que prefieren el diseño claro de líneas rectas. Aprovechando un trozo de lámina de cobre antigua se puede hacer este precioso colgante con muy poco trabajo.
Combinándolo con una sencilla cadena nos quedará un colgante que podremos lucir en cualquier ocasión, seguro que alguien os pide la dirección y el nombre de la artista que lo ha creado.
Para realizar un colgante como el que os mostramos necesitaréis los siguientes materiales:
- Chapa de cobre
- Pulimento para metales
- Pegamento de joyería
- Cadena de color cobre con sus enganches
- Papel de lija para metal
- Dos anillas de cobre
Para cortar la chapa de cobre podemos usar unas cizallas de metal pero en realidad al ser un metal blando podemos cortarlo sencillamente con un cúter. Dibujamos el triángulo y repasamos la figura con un cúter, marcando con un poco de fuerza, luego sólo habrá que doblar con las manos a un lado y otro y el metal se cortará por donde le hemos marcado. A continuación, si los bordes nos quedan afilados, podemos pasar el papel de lija por ellos para matar los filos. Pegaremos en la parte de atrás las dos anillas cerca de los ángulos de la figura. Si queremos que la figura nos quede con un poco de relieve podemos martillear los contornos con un punzó romo y un martillo ligero.
Sólo nos quedará pulir el metal, para darle brillo y quitarle la capa de óxido que pueda tener, con un trapo de algodón impregnado con pulimento líquido para metales. Acto seguido pasamos la cadenilla por las anillas y tendremos listo nuestro colgante de cobre recuperado.
Vía: henryhappened.com