El mármol como elemento natural que es puede llegar a acumular mucha suciedad, absorber manchas y sufrir erosiones y arañazos. Por eso si tenéis alguna piedra de mármol en vuestra casa os interesará este pequeño proyecto de restauración de una piedra de mármol hecho con productos de lo más corrientes y económicos. Vamos a ver cómo podemos devolver su pasado esplendor a una piedra de mármol centenaria que ha sufrido las adversidades del tiempo.
Me ha gustado esta restauración por la sencillez del método y porque no hay que gastar mucho en productos carísimos, ya sean mágicos o no. Obviamente requiere un poco de esfuerzo y tesón pero el resultado se puede calificar de óptimo.
Los materiales y herramientas que precisaremos para la restauración de nuestra piedra de mármol son:
- Una solución formada por cuatro partes de agua por una de agua oxigenada.
- Bicarbonato sódico.
- Amoniaco.
- Sellador para mármol
- Un estropajo de esponja y fibra verde.
- Una lijadora.
- Lija de 12o, 320 y 600.
- Una rasqueta, como la que se usa para limpiar la vitrocerámica.
El primer paso será quitar la suciedad más gruesa que pueda tener la piedra en la superficie, gotas de pintura, pegotes diversos… con la rasqueta. Con delicadeza, sin aplicar una fuerza desmedida para no dañar más la superficie de la piedra. No queremos causar más perjuicios a la dañada piedra de mármol.
A continuación haremos una limpieza suave de la piedra con la solución y la parte fibrosa del estropajo de cocina. El agua oxigenada es un buen limpiador para el mármol pues su pH es sólo ligeramente ácido. Además de tener leves propiedades blanqueadoras que nos ayudarán con esta piedra blanca. En realidad sólo con este tratamiento ya estaremos quitando la mayor parte de la suciedad que recubre la piedra.
Pasamos a la parte de pulido de la piedra, colocamos la lija más gruesa en la lijadora, la de 12o y usaremos una botella con spray para pulverizar un poco de agua. Este uso del agua para lijar la piedra nos evitará levantar polvo de mármol, nada bueno para respirarlo, y ensuciar el resto de la casa con el nefasto polvillo. También posibilita un lijado más suave, menos agresivo para la piedra. Después cambiaremos el papel de lija de la máquina por el siguiente más suave, el 32o, para al final dar la última pasada con el más fino, el 600. Con ello conseguiremos que la piedra quede bien suave.
Por último aplicaremos una cataplasma al mármol para intentar sacar las manchas que ha ido absorbiendo la piedra a lo largo del tiempo. Formaremos una pasta con seis partes de agua oxigenada por una de amoniaco y el bicarbonato sódico suficiente para que todo forme una textura pastosa. Aplicamos la mezcla sobre el mármol y recubrimos con un plástico que sujetaremos con cinta adhesiva. Dejaremos actuar la mezcla durante tres horas como mínimo, podemos dejarlo más tiempo si queremos.
A continuación quitamos el plástico protector y enjuagamos bien con agua para quitar toda la pasta, se puede repetir el procedimiento si nos queda alguna mancha rebelde o queremos un acabado totalmente nuevo. Pero si se trata de una piedra antigua tampoco tiene mucho sentido querer conseguir un aspecto de recién colocada. Se ha de notar que es antigua pero que está limpia. Para proteger la piedra podemos aplicar un sellador para mármol que nos evitará problemas futuros y le dará un acabado brillante muy agradable.
Vía: designsponge.com