No sé si es una obsesión mía o hay más gente que la comparte pero siempre tengo la sensación de no tener suficientes portavelas o candelabros. ¡Ah! y la ley de Murphy se muestra implacable conmigo en este asunto de las velas, no hablemos de otros aspectos de la vida, seguro que si tengo suficientes velas no tengo los portavelas adecuados y al contrario, si me sobran portavelas seguro que no tengo velas adecuadas para ellos.
Pero eso ha tocado a su fin, ahora me voy a hacer un montón de portavelas que además son compatibles con la mayoría de tamaños de velas. Nunca más volveré a necesitar un portavelas y no tenerlo a mano. Son tan sencillos y fáciles de hacer que hasta yo puedo hacerlos.
Para su elaboración sólo se necesitan estas cosas:
- Tapas de botes de conservas.
- Pintura.
- Pinceles.
- Pegamento.
- Cintas de tela.
- Encajes o blondas.
Detalle de materiales
En primer lugar pintamos las tapas metálicas por el interior y por el exterior, por debajo no hace falta pues no se verá pero si sois meticulosos como yo seguro que lo pintáis.
Podemos echar mano de cualquier sobrante que tengamos de cintas, blondas, encajes, remates o similar. Aplicaremos pegamento por el borde exterior de la tapa y pegaremos la decoración.
Podemos pegar en el centro alguna pieza metálica o chincheta para que la vela asiente mejor y esté más estable. Aunque si usamos el viejo truco de echar unas gotas de cera y pegar la vela tampoco será necesario nada más.
Bueno me voy a abastecerme de tapas de bote para que en la próxima ocasión no me vuelva a quedar con la vela en la mano y sin saber dónde ponerla. Quedan supermolones estos portavelas con su toque híbrido kitsch-industrial-reciclado.
Vía: pysselbolaget