Si este verano no puedes ir a la playa con tu pequeño, siempre puedes construir tú mismo una piscina de arena para que juegue con el rastrillo y haga castillos. ¿Quieres saber cómo? Pues sigue leyendo…
Los materiales que necesitarás para construir esta piscina son:
- Un neumático grande, tipo rueda de tractor o similar.
- Un tubo de espuma de los que se usan para las piscinas.
- Una sierra de sable por si quieres agrandar el diámetro.
- Una chapa de madera del diámetro de la rueda para tapar la arena cuando no la estamos usando.
- Arena.
- Ropa vieja y un cartón con un tamaño similar a la chapa para cubrir la parte de abajo.
- Pintura de tonalidad clara y brocha.
En primer lugar, limpiamos el neumático y lo pintamos. Podemos elegir el color que queramos siempre y cuando sea una tonalidad suave por aquello de evitar el recalentamiento del material. Una vez pintada, dejamos secar. Para darle un mejor acabado, deberíamos pasar una segunda capa de pintura.
Después sería idóneo hacerle una cubierta a la parte de abajo para que la arena no se salga si movemos la rueda o que las plantas no crezcan en su interior. Necesitaremos un cartón del diámetro de la rueda -el interior- y algo de ropa para forrarla.
Respecto a la parte delantera, lo que podemos hacer es cortar con una sierra de sable parte del neumático para ampliar la superficie, aunque no es necesario. Para que la piscina quede más simpática, puedes bordearla con unos tubos de espuma. Con uno será suficiente.
Lo siguiente que haremos será volcar la arena dentro de nuestra rueda y llenarla. Podemos crear una cubierta a partir de una chapa de madera de forma circular, aunque no es estrictamente necesario. Esto sirve para proteger nuestra piscina de arena de las inclemencias del tiempo o del gato del vecino.
Vía: I Heart Nap Time